Las altas temperaturas del pasado invierno dificultan el equilibrio oferta-demanda de la campaña de hoja.

Beatriz García, comercial de Fruca Marketing, ha expuesto en la Revista Mercados, algunos de los retos a los que nos enfrentamos en la campaña de hoja este año.

 

El año ha comenzado como un rompecabezas complejo y multifactorial para la campaña de hoja. Las altas temperaturas y la situación de sequía, que han marcado todo el invierno, han provocado una anticipación en la recolección de los cultivos en un momento en que las ventas rondan precios inferiores a los de la campaña anterior.

 

“En esta campaña de invierno, las altas temperaturas y la escasez de lluvias se han convertido en el mayor problema para los agricultores, dificultando el equilibrio de disponibilidad y demanda”, explica Beatriz. Además, ella misma cuenta cómo está empezando a observar una mayor incidencia de botritis y, por ello, estamos trabajando junto a laboratorios y casas de semillas para determinar las causas. También han expresado su preocupación por las limitaciones implantadas por la UE. “Las restricciones impuestas por la UE en el uso de fitosanitarios nos imponen un desafío adicional”, expone. Ante estos inconvenientes, los agricultores recurren a tratamientos preventivos como primer recurso.

 

 

 

 

La implementación de materias activas innovadoras está emergiendo como una táctica esencial. Además, se centra en la diversificación de variedades con resistencias múltiples, procurando ajustarse a las cambiantes condiciones ambientales.

 

Asimismo, el fusarium está teniendo un impacto considerable en los rendimientos de los cultivos de verano en áreas elevadas, provocando mermas hasta el 80%. Hasta ahora, la rotación de cultivos y la elección cuidadosa de variedades han sido las principales estrategias utilizadas.

 

La crítica coyuntura económica está impulsando a contemplar la mecanización como la única alternativa para potenciar la eficacia y racionalizar los procedimientos, especialmente los posteriores a la cosecha. “La falta de mano de obra especializada destaca la importancia de la mecanización para aumentar la eficiencia”, añade nuestra comercial.

 

Esta transición conllevaría un incremento considerable en la capacidad y valores de producción, además de conseguir un uso más eficaz de los recursos a lo largo de la cadena de producción. A pesar de las ventajas evidentes, la mecanización también enfrenta desafíos significativos, especialmente en la reducción de pérdidas por daños mecánicos.

 

 

La preparación del terreno se posiciona como un factor fundamental para garantizar el éxito de los procesos automatizados. En este sentido, algunas casas de semillas están iniciando el desarrollo de variedades cuya estructura se adapte mejor a la recolección mecánica. “Enfrentarse a la escasez de agua y al aumento persistente de los precios de los insumos se ha convertido en una tarea constante”, concluye García.

 

En el ámbito productivo, el reto principal consiste en mejorar la gestión de cultivos, una meta complicada por la creciente demanda en el empleo de productos fitosanitarios. Las condiciones climáticas desfavorables y otros elementos impredecibles están fomentando la propagación de plagas y enfermedades endémicas, las cuales se vuelven cada vez más resistentes. Además, el aumento de los salarios para la mano de obra cualificada ha disminuido significativamente los márgenes de producción.

 

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